Qué lindos esos momentos en tu casa, cuando todo era fantasía y alegría, cuando nunca creí que alguna necesidad de sanidad llegaría a mi vida, cuando tu provisión siempre sustentaba. Cuando solías sentir la brisa golpear tu rostro suavemente pero sabías que todo estaba bien. Cuando me cargabas en tus brazos, cuando en tus hombros podía disfrutar, e incluso tu respirar podía escuchar. Donde te has ido? Que te has hecho? Donde estás? Te quiero encontrar, estoy desesperado, heme aquí. Cuanto más esperar? Cuando más soportar?, la mujer te hallo, el ciego vio, y el condenado fue salvo. Recuérdate de las buenas batallas que pelamos juntos, de los sueños que conquistamos, de las noches de desvelos que compartimos, sé que estás por ahí sonriendo, con tus brazos abiertos que me encantan y me vuelven loco, sé que estás por ahí jugando al escóndelero, viendo cómo te persigo y no te encuentro, pensando y diciendo "todo estará bien, solo respira, ten animo, soy yo, no temáis". Sé que te alegran mis lagrimas, porque sabes que pensamientos de bien tienes para mí y no de mal, sonríes porque sabes mi futuro. Sabes que todo estará bien, sabes que esto que siento es un golpe más al barro, para darle tu forma, darle tu carácter, darle tu bendición. Enséñame, muéstrame, no me hagas ser impaciente, quiero tenerte aquí cerquita de mi, no sólo una eternidad, si no todas y muchas más. Salir al campo juntos, montarnos en tu barco y salir a pescar, ir un día de otoño a dar una vuelta al parquie. Oh mi Dios! En momentos de prueba cuánto te extraño. Cuanto duele ser moldeado, cuanto duele buscarte hasta encontrarte. Pero sé que donde quiera que estés, estás pensando en mi.
